Antes de tomar esos medicamentos que sueles tener en casa para el resfriado o el catarro, piensa que podrían afectar a tu bebé.
El invierno es época de abrigos y chocolate caliente, pero también de enfermedades y las más frecuentes tienen que ver con la gripe. Un leve resfriado o un fuerte constipado pueden arruinarte el fin de semana, pero la cosa puede complicarse si, además, estás embarazada.
Tu bebé no corre riesgo de contagio porque está bien protegido en el útero, pero cualquier pastilla, jarabe o bebida que consumas sí puede afectarle.
Si te sientes muy mal y además tienes fiebre, lo primero que debes hacer es consultar con tu médico: él te indicará si puedes tomar medicamentos, si es mejor echar mano de un remedio casero o si, por el contrario, lo más conveniente es que bebas mucha agua y evites cualquier tipo de medicamento.
Durante las primeras semanas de embarazo, es mejor evitar productos farmacéuticos que contengan cafeína, analgésicos, codeína e ibuprofeno, porque pueden afectar el desarrollo fetal. Por otra parte, hay infusiones como la de anís, muérdago, poleo, romero y salvia que, consumidas en altas dosis, pueden llegar a estimular las contracciones.
En cuanto a los antibióticos, los médicos están de acuerdo en que la penicilina es más segura que la tetraciclina pero, en cualquier caso, nunca se deben tomar por cuenta propia. Durante la gestación es fundamental que el médico los recete, pues sólo él sabe en qué etapa se encuentra tu bebé y cómo podría tolerar ciertas dosis de antibiótico.
Por eso, si no tienes la oportunidad de hablar con tu médico o si crees que el resfriado pasará rápido, lo mejor es quedarse en casa, abrigarse bien con una mantita calentita, tener a mano una buena película o libro y beber muchos líquidos. No sólo te mantendrás bien hidratada sino que podrás ir expulsando toxinas, y mucosidad de manera natural y gradual.
¿Y para la fiebre? La misma recomendación: mucho líquido, en especial agua, paños de agua fría sobre la frente y paracetamol en su mínima dosis (siempre con la autorización del médico). Si estás muy congestionada, prueba a inhalar vapor de agua caliente con unas cuantas gotas de aceite de eucalipto y si el problema es la garganta, unas gárgaras con agua salada te pueden aliviar.
Si a los cuidados caseros, agregas una buena siesta y el cariño de la gente que te quiere, ten la seguridad de que el resfriado será cosa del pasado y de que tu bebé y tú estaréis más que sanos.
¿Cómo habéis pasado vosotras los resfriados cuando estabais embarazadas? ¿Algún consejo especial?