Habla a tu bebé antes de tenerlo en tus brazos…
No es de extrañar hablar al bebé que está dentro de la tripita de su mamá, cambiando, además, el tono de nuestra voz, siendo éste más amable e infantil. Lo que muchos no saben es que a partir de los seis o siete meses de gestación, el feto ya oye perfectamente nuestras voces, le afectan las discusiones que pueda haber a su alrededor y por supuesto siente las alegrías que le transmitimos durante el embarazo.
Aprovecha los momentos de relajación para conversar con tu bebé, aunque él de momento no pueda responderte, y acaríciate la tripita para que relacione tu voz con la calma y la tranquilidad. El bebé, además de relajarse, se sentirá muy querido, algo que estimulará positivamente su desarrollo psíquico.
Anima al papá del pequeñín y no dudes en compartir ese feliz momento con él: lograrás que se implique en el cuidado y dedicación del bebé incluso antes de nacer y ¡tú nunca olvidarás esas preciosas y divertidas conversaciones!
En cuanto a la respiración, tómate unos minutos y mantén respiraciones a diferentes ritmos: él se balanceará en el líquido amniótico haciendo que se contraigan los abdominales y le regalarás a tu chiquitín un masaje que seguro agradecerá.
Crea un vínculo con tu hijo y sorpréndete cuando responda a tus caricias y a tus palabras. Estos primeros gestos serán los cimientos de vuestra relación. ¡Te encantaría saber la forma en la que disfrutan de tus mimos! Acompaña esta actividad con música y alégrate del gran castillo que acabarás construyendo desde el primer día a base de cariño.