Seguramente toda la familia y los amigos obsequien a tu bebé con las cosas que necesita, como ropita de bebé, biberones, cochecito, canastilla, etc. Pero si eres tú quien está pensando en comprar un regalo para tu hijo antes de que nazca, o bien para tu bebé recién nacido, o si quieres sorprender al niño en su primer cumpleaños, he aquí algunas ideas originales que pueden serte de utilidad.
Que dure para siempre
Tu bebé aún es muy pequeño como para valorar las joyas, pero estas tienen la ventaja de que permanecen inalterables y pueden ser un recuerdo para toda la vida. Una pulsera grabada con el nombre del niño y su fecha de nacimiento, un relicario con la fotografía de vosotros los padres o una sonaja de plata son obsequios exquisitos que de mayor tu hijo atesorará, tal vez para heredárselos a su propio bebé.
Que sea muy personal
Algunos obsequios permiten recordar el embarazo, o el primer año del bebé. Por ejemplo, el molde en cerámica de su piececito y su manita, una fotografía enmarcada de la ecografía 4 D junto con la foto de su rostro de recién nacido, o un vídeo con las mejores imágenes de su primer añito. Aquí no importa tanto el valor material, sino que lo importante es que sea un obsequio único pensado para tu hijo con todo tu amor.
Que sea útil y hermoso a la vez
Si prefieres invertir dinero en algo que el bebé necesite, algunos obsequios perduran por mucho tiempo. Por ejemplo, una hermosa cuna funcional que se convierte en cama y mesa de luz cuando el niño crece. O un portabebés, para poder llevarlo bien cerca de ti y que se tranquilice escuchando los latidos de tu corazón. También puede ser algo hecho por tus propias manos, como una manta tejida, un móvil de origami para colgar del cielor raso del cuarto o un babero bordado a mano.
Que sea simbólico
Por último cabe mencionar esos obsequios que, si bien ahora el niño no está en condiciones de apreciar (o siquiera de percibir) pueden quedar para la posteridad como testimonio de lo mucho que lo amas. Por ejemplo, se puede bautizar oficialmente a una estrella con su nombre. También podrías plantar un árbol, para que crezca a la par de tu hijo. O llevar un diario –bien en papel, bien virtual- de todo el embarazo, de su nacimiento y de sus hitos de crecimiento a lo largo de su primer año de vida, que le quede como recuerdo para que ambos lo leáis juntos cuando tu bebé sea mayor.
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