Quedarse embarazada significa aún más, que el hecho de traer a una nueva personita al mundo: es el fruto de la unión de dos partes, que creará en la relación de pareja, un vínculo de lo más especial. Por ello, es fundamental que durante el tiempo de embarazo hagamos partícipe del estado en el que nos encontramos al futuro papá. ¡Y no sólo para que nos colme de caprichos!
Cuando nos quedamos embarazadas y más aún cuando nace nuestro bebé, la figura del padre pasa a ocupar un segundo plano que no resulta ser del todo justo. De pronto, todas las atenciones comienzan a desviarse hacia el bebé y tendemos a olvidar que en casa hay una persona que, para nuestro niño, será siempre algo fundamental. Por ello, es una gran idea que comiences tú misma por afirmar que sois ambos los que estáis “embarazados”. Le encantará que compartas con él todo lo que sientes, así como los cambios que vas experimentando y para ti será un regalo el tener al nuevo papá a tu lado.
Anímale a informarse sobre lo que te pasa tanto a ti como a vuestro bebé, invítale a que te acompañe a las ecografías y recuérdale que sigue siendo igual de importante para ti que siempre: estará encantado de escucharlo.
Además, si le comentas lo altamente beneficioso que son los masajes para ti y para el chiquitín, seguro que no podrá resistirse. Antes de ser padres, seguís siendo una pareja y como tal siempre podréis regalaros esos momentos románticos.
Lo cierto es que durante el embarazo las hormonas se vuelven más vulnerables puesto que nuestro cuerpo está sometido a un mayor grado de esfuerzo y cualquier caricia será bien recibida. Sin embargo, él también necesita de tus mimos, tu cariño y tu atención.
Recuerda que en estos momentos ya sois tres y ¡comienza a disfrutar de la familia al completo!