Así como los niños se entusiasman muchísimo ante la inminente llegada de las fiestas de fin de año, para un bebé estas pueden constituir una verdadera molestia. En efecto, los bebés y los niños pequeños dependen muchísimo de las rutinas, se apoyan en los horarios, en los lugares conocidos y en las personas de su entorno para sentirse seguros, y el revuelo que suele darse durante diciembre puede alterarlos más de la cuenta. Aquí te contamos por qué y cómo ayudarlos.
¿Por qué es tan importante la rutina del bebé?
Para un bebé, que no puede poner en palabras lo que está ocurriendo a su alrededor, lo que hacemos todos los días constituye su marco de referencia y le brinda seguridad y confianza. Cuando los días transcurren de forma predecible, los bebés están más tranquilos. Los padres nos damos cuenta de que poco a poco, el bebé suele tener sueño siempre a la hora de su siesta, reclamar el pecho en horarios similares, mostrarse activo y con ganas de jugar en otros momentos, etc.
¿De qué forma se alteran durante las Fiestas?
Hay muchos cambios hacia fin de año, como por ejemplo la iluminación de las casas y de las calles, las largas tardes de compras a las que llevamos también a nuestro bebé, comidas que ellos nunca han probado (y sus aromas), y ni qué hablar de las visitas familiares, las reuniones con muchas personas o un viaje… Puede que al bebé se le alteren sus horarios de siesta o su hora de dormir por la noche, que estrene bonitas prendas de vestir navideñas (tal vez no le resulten cómodas) o pase de brazos en brazos porque han llegado familiares que quieren conocerlo.
Algunas claves para sobrellevarlas mejor
Si bien a un niño pequeño podemos anticiparle cuando habrá algún cambio, el bebé no tiene manera de comprenderlo. De cualquier manera, es bueno hablarles como si entendieran todo: “Esta semana no dormiremos en casa pues iremos a pasar las Navidades a casa de tus abuelos, mamá y papá estaremos contigo y lo pasaremos de maravilla”, “Esta noche el árbol de Navidad se iluminará, habrá música y puede que te sientas un poco ansioso, pero mira qué bonita quedará nuestra casa”, “Esta tarde haremos más compras que de costumbre, pero llevaré algunos juguetes para que te entretengas en tu cochecito”, etc. Poco a poco irán adquiriendo el lenguaje y podrán comprendernos, además de que nuestra sonrisa, nuestras palabras amables y nuestros gestos también ayudan a relajarlos.
Por otro lado, también ayuda tratar de mantenerles su rutina lo más parecida a la que tienen durante el resto del año: permitirles dormir la siesta en el horario de siempre, por ejemplo.
Finalmente, es importante que los padres seamos flexibles, pues si estamos ansiosos se lo transmitimos a nuestros hijos. Que un bebé pierda una noche una hora o dos de sueño no interferirá con su crecimiento. ¡Mejor relajarse y disfrutar de la Nochevieja!
Y si estas Navidades tienes que viajar con tu bebé, aquí encontrarás unos útiles consejos para volar con un bebé
[imacPrestashop_categorias cant_productos=»3″ categoria=»3″]