¡Cuidado, bebé a bordo!

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¡Cuidado, bebé a bordo!


La seguridad de los bebés es muy importante para los papás y mamás. ¿Qué bebé no se cae jugando o ensayando algún movimiento? Una vez que empieza a relacionarse con el entorno y con su propio cuerpo, sentirá la necesidad de ir poniendo a prueba su motricidad con todo tipo de movimientos, casi siempre torpes, obviamente producto de su inexperiencia. Estos ejercicios provocan esas caídas, que, en la mayoría de los casos, no acarrean ningún riesgo. No obstante, unos pequeños cuidados y atenciones, pueden prevenir golpes o lesiones con cierta gravedad.

Los bebés de pocos meses, pueden sufrir “caídas pasivas” producidas por la falta de atención. Estar pendientes del pequeño y sujetarle adecuadamente es un consejo, que no por obvio, hay que perder de vista.

El momento baño será uno de ésos en los que tengamos que prestar más atención. Los movimientos que tenemos que realizar a la hora de bañar a nuestro bebé pueden originar pequeños golpes. Dediquemos el tiempo necesario a la operación. Nos quedan muchos años de “pelear” con nuestro niño, así que tengamos paciencia. ¡Y mucho ojo al sacar al bebé de la bañera!

La cuna es otro espacio donde se suelen producir pequeños accidentes. Para empezar, debemos elegir un mueble testado y con plena garantía de seguridad. Por ejemplo, los barrotes no deben ser demasiado anchos para que la cabeza del bebé no corra el riesgo de quedar atrapada. No usar almohadas demasiado blandas ni mantas y edredones muy pesados que puedan asfixiar al pequeño.

Al año de edad algunos niños comienzan a dar sus primeros pasos. En un principio, las suaves caídas al suelo producto de sus primeros ensayos serán habituales y normales. Hay que tener en cuenta que el niño se enfrenta, llegado este momento, a un mundo nuevo y apasionante que todos hemos vivido: la independencia del movimiento. El bebé comenzará a decidir por dónde tirar. ¡No nos asustemos, aún es pronto para la emancipación! Pero nuestro hijo utilizará sus piernas y sus brazos para moverse por la casa.

Llegado este momento, conviene adaptar nuestro hogar. Nuestro pequeño intentará cada vez “el más difícil todavía” y debemos estar muy atentos a sus piruetas. Como sabemos, mantenerlos lejos de enchufes o tener éstos protegidos es básico. Evitar, así mismo, que anden por superficies elevadas sin nuestra protección o supervisión.

Cuidado con las estanterías. Pueden abalanzarse sobre ellas y que se caiga encima del bebé. Por ello, es preciso fijar estos muebles lo mejor posible. Si tenemos escaleras en casa, se pueden instalar vallas de seguridad. Para evitar el daño en las inevitables caídas colocar alfombras o superficies acolchadas que minimicen el dolor.

Y, por supuesto, vigilar atentamente ventanas y balcones. Si tenemos en cuenta estos consejos, nuestro bebé podrá darse algunos tortazos sin mayor consecuencia que unas pocas lágrimas. Y al minuto, de nuevo en marcha. 😉

¿Qué otros consejitos de seguridad podéis aportar para los futuros papis?

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